EXPOSICIÓN
SIMBIOSIS GRÁFICA II: HUMOR Y REFLEXIÓN
GALERÍA
Centro Cultural UNSA. Galería V
ARTISTA
Valois Inga Gonzales
CURADURÍA
————————
PERIODO
Julio
SIMBIOSIS GRÁFICA II: HUMOR Y REFLEXIÓN
Valois Inga Gonzales es un hombre pausado, crítico y contemplativo. Lleva en su lápiz o en la tinta china, la impronta del ande, y con el ande, la imagen de su adorada madre. A veces, como Sérvulo Gutiérrez, recoge la tristeza de todos y la vuelve humor. Otras tantas, cautivado por su expresionismo, repasa los Cristos lacrimosos y heridos para comprender esa compleja personalidad que aparece en la caricatura, con sus cejas puntiagudas y el mentón sobresaliente. Así fue Sérvulo. Aventurero, impetuoso y errante.
Años más, años menos, Van Gogh sigue siendo él mismo. Sus paletas azules y amarillas no han dejado de impactar el corazón vibrante de un artista que admira la determinación del cartelista Henry Toulouse Lautrec. Síntesis de las noches parisinas. Un sombrero bombín, el bastón y un corpiño provocativo. Aquella representación vuelve al caricaturista ocurrente y colorista como Chagall, viva expresión de la libertad. Un asunto serio para Valois que, mientras camina por las calles reconociendo los rincones y pesares del país, analiza con la serenidad y el manierismo de El Greco. Eso sí, no se espanta. Por el contrario, al estilo de Marcel Duchamp, identifica los objetos cotidianos y los transforma en arte, tal y como hizo Violeta Parra con la música, la poesía y la arcilla, o, Rafael Barrionuevo desde el género periodístico y el humor gráfico.
Valois me ha dado una lección, él no lo sabe, tampoco tendría que saberlo. Me ha ofrecido una lección, porque a través de sus trazos demuestra que dibujar un retrato o un paisaje es una hazaña, pero caricaturizar es una doble conquista, ya que implica una suerte de simbiosis artística entre lo que se ve y lo que indefectiblemente no se puede ver, y solo se comprende con gestos exagerados. He ahí una secuencia de cartoons y viñetas políticas que tocan temas álgidos de nuestra realidad como el calentamiento global, la contaminación, la tecnificación de los procesos, la demagogia electoral, la corrupción, la criminalización de las protestas sociales, el populismo y las acciones municipales carentes de planificación, entre otros, con la finalidad de que sus formas y texturas ofrezcan un espacio de diálogo y opinión. El artista está en su salsa, no solo por las piezas de humor gráfico que nos presenta, además por la variedad de formatos y técnicas como la plumilla, la acuarela y el coloreado digital. Aquí queda demostrado que la caricatura es una experiencia inagotable y sanadora.
Hélard A. Fuentes Pastor
Historiador