”Vigilar, reconocer y mantener la distancia II”, es la segunda parte de una serie que he venido trabajando en los últimos meses. Esta serie forma parte de un proyecto mayor al que denominé “Perspectivas”, en este caso mi interés es enfocarme en la perspectiva de las cámaras de seguridad.
El título de esta serie está inspirado en el documental “Reconocer y perseguir” (Harun Farocki) y en el libro “Vigilar y castigar”(Michel Foucault).
Esta serie está constituida por pinturas al óleo de escenas en planos picados, todas ellas, en las que he inscrito en los bordes la fecha, hora y el número de cámara, datos que aparecen en las cámaras de vigilancia, básicamente porque me interesa la perspectiva del que mira a través de las cámaras de seguridad, me interesa la relación de poder que se genera en esta situación, la condición de estar constantemente vigilados y la impasibilidad, tedio, indiferencia del que está detrás de la cámara de vigilancia (instituciones de estado, empresas privadas, incluso nosotros mismo), con respecto a problemáticas sociales.
En esta segunda parte de la serie he intentado abordar críticamente el problema de la informalidad laboral en el Perú, a través de la combinación por oposición de actividades informales en contextos formales, para visibilizar las lagunas en torno a los límites de lo formal y lo que es informal. En algunos cuadros he representado simbólicamente a empresas privadas que adeudan al Estado grandes sumas de dinero, para subrayar el carácter pasivo de este para exigir lo adeudado a estas instituciones y por otro lado el carácter represivo del Estado con respecto a personas que trabajan informalmente, a los que se denomina informales, mi intención es visibilizar estas incongruencias para provocar una reflexión crítica en torno a este problema muy enraizado en el Perú.