La figura femenina, preferentemente desnuda, fue monopolizada durante siglos por los artistas varones al punto de que todavía puede parecernos insólito que sea una mujer la que la elige para sustentar toda su propuesta creativa reciente. Y más aún si, a través de ella, pretende compartir experiencias íntimas que son, sin duda, propias, reconfigurando en dato cuasi testimonial lo que antes se interpretaba dentro del ámbito de lo estrictamente simbólico o metafórico.

En la serie titulada “Inefable”, conformada por las estampas xilográficas que Edith Mamani (Puno, 1997) ha trabajado entre 2018 y 2024, aparece como única protagonista una jovencita desnuda cuya timidez la lleva a no mostrar su rostro pero que, en algunos casos, sí se anima a compartir su pensamiento mediante textos parcialmente visibles, como en “En tus brazos”, de 2018, donde leemos: “Dormimos abrazados como por una hora y eso, en cierto modo, fue mejor que…”. O como en “Línea tras línea”, de 2023, donde la consabida silueta femenina recortada sobre el texto sí impide que sepamos a ciencia cierta su contenido pero no que intuyamos la índole de lo que se dijo o se pensó. Esa tipografía grabada a pulso -y “a la inversa”, como saben muy bien los grabadores en madera- aporta un eficiente contrapunto a las sinuosidades anatómicas. Incluso cuando, como en el caso de las estampas “En silencio” o “Espera”, da cuerpo a una sola o dos escuetas palabras.

Sin embargo, parece que el sino de la contrariedad pende sobre la mayoría de las piezas de 2024, algo que anticipan sus títulos, “Frustración” y “Amor fatuo”, por ejemplo. Esto nos lleva a preguntarnos sobre el origen de ese revés: ¿qué esperaba de la consumación del amor aquella protagonista desnuda pero anónima? O, más bien, ¿qué le dijeron a la joven autora que podía esperarse de aquella experiencia de la que parece que todo el mundo sabe mucho y salió exultante? ¿Le mintieron? O ¿no será que nadie sabe nada o que la experiencia del amor es intransferible?

En su anterior exposición individual -“You never walk alone” (2022)- las siluetas también femeninas protagonizaban cada una de las estampas gofradas -o en bajo relieve- y dependían de la luz rasante para resaltar de la blancura del papel. En ese conjunto primaba la vivencia gozosa de sentirse parte del mundo, a plena luz, factor que revelaba a nuestra sombra como inseparable compañera. En “Inefable”, casi por contraposición, el negro de la tinta de cada estampa acentúa la corporeidad de una protagonista que parece emerger derrotada después de la consumación del amor. Trasluce la idea de que la entrega no ha sido correspondida o, que en todo caso, no del modo esperado. (Como escribió Marguerite Yourcenar: “Se llega virgen a todos los acontecimientos de la vida. Tengo miedo de no saber cómo arreglármelas con mi dolor”.).

Permaneceremos atentos al trabajo de esta artista plástica ganada por el grabado gracias a la persuasiva docencia de Luis Solorio y José Lara.

Manuel Munive Maco

1º de abril, 2024