EXPOSICIÓN
Miguel Ángel Espinoza Salas
GALERÍA
Centro Cultural UNSA. Galería IV
ARTISTA
Exposición didáctica Miguel Ángel Espinoza Salas, Homenaje
CURADURÍA
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PERIODO
Julio
Miguel Ángel Espinoza Salas fue un excelente artista, un novísimo maestro, un arequipeño de ternura acumulada y un amigo sin condiciones ni fronteras.
Él era joven, más joven de lo que aparentaba: treinta y cinco años apresó la fugacidad entre su piel morena. Reía poco, hablaba menos. Escondía su sensibilidad y su timidez entre la barba y los lentes oscuros que acompañaron sus últimos años de su vida.
Como artista plástico tuvo una trayectoria, que ni su sencillez pudo evitar, se le reconociera los más altos méritos. Estudió en Lima, en la Escuela Nacional de Bellas Artes, donde obtuvo los títulos de profesor de Arte y de Artista. Cuando concluyó sus estudios fue distinguido con la medalla de Oro de su promoción. A los veintidós años ganó el primer premio del concurso de Arte de la Municipalidad de Miraflores (Lima). A los veintitrés, con un cuadro sobre el templo de la Merced de Arequipa, ganó el primer Premio “Beca Francia”. Cuatro años estuvo en la vieja Europa, donde se perfeccionó en grabado y ganó el primer Premio de un concurso internacional de grabado, convocado en España el año de 1976. Después, estuvo también en Chile, creando y perfeccionándose en litografía…
Abrumado de soledad, como queriendo sentir el calor de los suyos, regresó a Arequipa. Aquí vivió sus últimos años, trabajando febrilmente en su casa taller de la urbanización Los Ángeles y en la Universidad San Agustín. Fue junto a Ramiro Pareja, uno de los pilares fundamentales de la especialidad de pintura de la escuela de Artes Agustina. Descubrió allí, a pesar de mil dificultades en una escuela que recién se iniciaba, que le gustaba enseñar. No tuvo egoísmo para difundir lo mucho que sabía, es por eso, que su labor pedagógica junto a la de Ramiro Pareja, comenzó a abrir horizontes nuevos en la plástica arequipeña. Su alejamiento sin retorno de las aulas agustinas deja un esforzado y valioso magisterio trunco y malhiere al desarrollo cultural de nuestro medio…
Dr. Juan Guillermo Carpio Muñoz
Agosto 1986