Los dibujos-pinturas de Yeny Ticona representan figuras; femeninas o masculinas desnudas realizadas en grafito, rodeadas de flores o ramas que están hechas con pintura generando así un primer contraste bastante obvio para el espectador. Pero hay otros contrastes más sutiles, filosóficos generados por la figura: ser humano contra la naturaleza. ¿por qué los seres humanos son grises y la naturaleza colorida?, ¿el ser humano está perdiendo su esencia natural frente a tanta artificialeza? Seres desnudos que parecen indefensos, melancólicos y solitarios frente a la abrumadora alegría que muestra el mundo verde, amarillo cálido que los rodea.

Son preguntas fundamentales que Ticona resuelve plásticamente de manera notable. Su talento innato como dibujante hace de sus sujetos desnudos, una exploración artística que se regocija en pintar y mostrar el cuerpo femenino o masculino en toda su belleza, dotada de una gran técnica y sensibilidad evidentes, sus obras resueltas poéticamente nos transmiten delicadeza, misterio y una cierta melancolía. Con una profunda influencia oriental, la obra de Ticona trasciende la plástica convencional arequipeña y se coloca como una pintora audaz.

Sus obras, más allá de ser simples desnudos, son invitaciones de parte de los modelos retratados, a la elaboración de historias sobre si mismas. La soledad de estos también nos habla de la época que nos está tocando vivir. mucha tecnología que nos abruma y supuestamente nos mantiene conectados, pero en realidad nos aísla y aparta de lo fundamental, somos parte de la naturaleza y a ella nos debemos.

El arte es la forma en que el autor ve el mundo y reflexiona sobre él, como la traduce en nuevas visiones y adaptaciones para ampliar la capacidad del hombre de sorprenderse ante lo común visto con nuevos ojos. Las obras de Yeny Ticona nos hacen pues reflexionar sobre nosotros, nuestra propia existencia y el papel que nos toca jugar en la naturaleza. La pintura por tanto sigue vigente, activa y puede ser tan eficaz como otros medios para hacernos recapacitar, así no solo procura goce estético, sino que va más allá retomando quizá aquel papel comunicador que pareció perderse en algún momento.

Dr. Ricardo Córdova F.