Quizás, son los seres que cosechan la tierra los más sabios, los que van acorde a los ritmos que componen la naturaleza, comprenden las fases de la luna y la disponibilidad emotiva de los campos. En cambio, en la ciudad andamos fragmentados. Hemos perdido el instinto animal de estar en sincronía con los ciclos que marca el cosmos. Intentar adaptar las danzas mayores a nuestros deseos es una lucha perdida.

Si los fenómenos psicológicos están, muchas veces, determinados por fuerzas inconscientes y no por la voluntad consciente; la influencia de la Luna tanto en la cosecha y la marea como en el comportamiento humano podría ser vista como una manifestación de estas fuerzas internas que operan de manera inconsciente y que impactan en nuestras emociones y acciones.

El arquetipo lunar representa los aspectos más ocultos de nuestra psique, la conexión con lo femenino y la fertilidad. Así, la Luna, como desencadenante de estas pulsiones y cambios emocionales, atrae a tres artistas: Figallo, Saldarriaga y Penagos; a rendirse ante el control e indagar, a través del arte, en sus experiencias lunares en relación a los deseos y miedos del subconsciente, la memoria de vínculos matriarcales en la infancia y las percepciones en el proceso de gestación.

Esta muestra exhibe una serie de obras cosechadas desde la manifestación de instintos humanos e invita a reflejar en los espectadores sus profundidades lunares.

YEMY ALEMAN ACHATA