Más allá de su forma, color, o textura, la particularidad de un juguete reside en el uso que nos atrevamos a darle. Intuyo que todos los juguetes del mundo están hechos de una misma sustancia. Sin importar su propietario, cada artefacto es referencia explícita a nuestro propio mundo lúdico. Así lo entienden Lolo Palza y Yemy Alemán cuando nos presentan esta muestra para que a través de su producción artística y sus colecciones se recompongan las cuerdas por donde se equilibraba nuestra niñez y recordemos el vértigo que traía consigo nuestros aprendizajes vitales. Antes de asumir los roles que hoy en día nos segregan, el juguete era el medio por el cual saboreábamos las esencias universales de la humanidad. Cual bastón de peregrino, el juguete era el apoyo a una realidad por descubrir y el artefacto para tantear el mundo de posibilidades que cada experiencia encarnada nos ofertaba. Fundiendo en un mismo escenario: textos breves, colecciones de autos a escala y pinturas, Lolo y Yemy, entrañables amigos, nos invitan a un juego de conexiones al interior de una atmósfera lúdica. Los autores han tenido la generosidad de prestarnos sus juguetes, está en nuestras manos lo que nos atrevamos a hacer con ellos.

Gonzalo Ríos Vizcarra

Vides Raúl Merino Marchan