LA FIESTA DEL AGUA

La fiesta del agua reúne a treinta y cuatro artistas entre mujeres y hombres, de distintas generaciones, algunos con una trayectoria más larga que otros, y otros con un iniciático camino dentro de la expresión plástica, pero todos con el denominador común de haber nacido en Puno y de pintar sobre y pensando en Puno y su identidad. De esta manera, haciendo uso de la técnica de la acuarela, en la que destacan trazos limpios, detallismo, colores fríos, cálidos y tierras, los artistas que exponen en esta muestra, nos proponen diferentes conceptos, miradas y sentires del acervo puneño.

Un imaginario que se constituye en tres direcciones: en primer lugar, el motivo por excelencia de la acuarela, el paisaje; el paisaje puneño de la pequeña urbe, lo citadino, el campo, sus pobladores y el tema ineludible: el lago Titicaca y sus islas, la fuerza o el vaivén calmo de sus aguas. En segundo lugar, la danza y la música tan características del Puno festivo erótico: los danzarines de las danzas de luces y autóctonas, los diablos, las diablesas, los kusillos, los músicos, los sicuris, las máscaras que transforman a los ciudadanos en binomios de baile y frenesí. En tercer lugar, los retratos de hombres y mujeres tanto del ámbito rural como urbano, aquellos quienes conviven en el pueblo pintoresco y tal vez olvidado y la ciudad moderna.

Pero hay otro elemento importante: La fiesta del agua en tanto muestra colectiva permite

recordar las ya lejanas embajadas culturales que se hacían desde Puno hacia otras ciudades del país. Hoy ha tocado arribar a la hermana ciudad de Arequipa. Esto no es poco significativo, pues el trasfondo de la muestra no solo significa mostrar, sino llegar, y ello sugiere un recibimiento y un intercambio artístico, en este caso, entre Puno y Arequipa, el sólido sur.

Christian Reynoso